Sunday, September 25, 2005
infatueted
... y que gueno que no te llame, por que en esta "relacion" , la unica parte que vale la pena es la MIA, paquete de cabritas!
Friday, September 23, 2005
Spoken Word
Ayer casi te llamé. Y de no ser porque te perseguirías tanto, lo hubiera hecho.
Aunque claramente ante tus ojos soy transparente, estadísticamente no significativo, al igual que tú también ansío contacto físico: Un cariño en la cabeza, el sentir la corporalidad de los dedos, el tacto-presión del abrazo descansado.
Y realmente ayer te hubiera llamado. Debe ser que por fin lograba sintonizar con tu adolescencia ansiosa y desconfiada, seductora pero inconsciente. Y claro, si justamente ayer me sentí mas irresponsable y temeroso de lo que me he sentido ya hace mucho tiempo. La misma incertidumbre que me paralizaba hace un par de años me contenía anoche, las mismas ganas de acostarme y chuparme el dedo, para no levantarme mas y dejar de paso que las cosas sigan, escapar dejando que las cosas pasen.
La misma angustia impaciente que leo en ti, en lo que escribes, en como miras.
Y pensé que, por fin, podrías dejar de desconfiar, de pagar por ver. Dejar a atrás para salir, por un ratito, de tus dogmas rígidos y encaprichados.
Y NO ME ATREVÍ. De repente no tiene sentido. En el paisaje emocional de tu cotidiano, con suerte, soy ruido de fondo (si es que).
Y no me da el cuero para ponerme en vitrina de nuevo. Tampoco estoy para eso. No ya.
Te hubiera llamado. Dios sabe que si lo quería.
Ni cagando me hubiera aguantado un desentendimiento de tu parte, una manifestación de desinterés. No me arriesgué.
Y sentí que ayer podríamos haber sintonizado. En realidad, que ayer yo hubiera entrado, por fin, en tu restrictiva y restringente sintonía.
Not done.
Le escribí a librakaur.
Aunque claramente ante tus ojos soy transparente, estadísticamente no significativo, al igual que tú también ansío contacto físico: Un cariño en la cabeza, el sentir la corporalidad de los dedos, el tacto-presión del abrazo descansado.
Y realmente ayer te hubiera llamado. Debe ser que por fin lograba sintonizar con tu adolescencia ansiosa y desconfiada, seductora pero inconsciente. Y claro, si justamente ayer me sentí mas irresponsable y temeroso de lo que me he sentido ya hace mucho tiempo. La misma incertidumbre que me paralizaba hace un par de años me contenía anoche, las mismas ganas de acostarme y chuparme el dedo, para no levantarme mas y dejar de paso que las cosas sigan, escapar dejando que las cosas pasen.
La misma angustia impaciente que leo en ti, en lo que escribes, en como miras.
Y pensé que, por fin, podrías dejar de desconfiar, de pagar por ver. Dejar a atrás para salir, por un ratito, de tus dogmas rígidos y encaprichados.
Y NO ME ATREVÍ. De repente no tiene sentido. En el paisaje emocional de tu cotidiano, con suerte, soy ruido de fondo (si es que).
Y no me da el cuero para ponerme en vitrina de nuevo. Tampoco estoy para eso. No ya.
Te hubiera llamado. Dios sabe que si lo quería.
Ni cagando me hubiera aguantado un desentendimiento de tu parte, una manifestación de desinterés. No me arriesgué.
Y sentí que ayer podríamos haber sintonizado. En realidad, que ayer yo hubiera entrado, por fin, en tu restrictiva y restringente sintonía.
Not done.
Le escribí a librakaur.
Sunday, September 11, 2005
un paso al lado
(...mientras veia al tipo -claramente menor que yo- de Telefon Tel Avid sacando sonidos cojonudos de su laptop...)
SI ya no lo hiciste
porque no pudiste,
porque no te atreviste
porque no te la pusdiste
porque paso la vieja
porque nos quisiste
porque te pajeaste...
porfa,
no le quites el aire a los que viene detras de ti
(y tampoco te piques por que a ellos les sale lo que abrias querido para ti)
SI ya no lo hiciste
porque no pudiste,
porque no te atreviste
porque no te la pusdiste
porque paso la vieja
porque nos quisiste
porque te pajeaste...
porfa,
no le quites el aire a los que viene detras de ti
(y tampoco te piques por que a ellos les sale lo que abrias querido para ti)
Sunday, September 04, 2005
un gusano grande y azul
Santiago pareciera más seguro por debajo. Sin tacos. Sin semáforos. Con mucho ruido eso si.
Santiago es, en realidad, bien egoísta bajo la calle. No importa quién ni cómo seas, siempre estarás de paso ahí, en camino a alguna parte, encima de algo, nunca con calma… “es que en metro llego altiro”. De más.
En el metro, aunque estén todos y cada uno de los vagones repletos hasta el hartazgo, aunque se quede gente abajo por las mañanas, siempre será necesario negar que hay alguien al lado tuyo. Parece ser la consigna, inclusive. Nunca mirar a los ojos, nunca mirar amablemente. Los ojos siempre mirando hombros, nucas, pies (zapatos, en su defecto), puertas, mas nunca otra gente.
Claro (todos) van queriendo estar tan ocupados leyendo, esperando que suene el teléfono, rogando que no pasen los minutos para no llegar tan tarde (y luego el descuento y la debacle). Que zen.
En el metro debajo de Santiago ya no hay gente, nunca hubo pasajeros. Por debajo, hay sombras dentro de cuerpos, corriendo por pillar un tren para mirar el techo, el piso. Para vociferar la inexpresión.
En el metro de Santiago (no importa la hora) se vive el pacto implícito de deshumanizarse en torno al tránsito, de parecerse lo mas posible a un camión lleno de ganado camino de alguna parte… a un pastizal… a un matadero… no sé.. lo importante es que vamos en camino.
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